Redacción/El pueblo de El Pinar de El Hierro, celebra hoy viernes, 3 de mayo, una de las festividades más importantes del municipio por su singularidad cultural e histórica, declarada Bien de Interés Cultural en el 2018, y que vive hoy, su día grande con la procesión de las cruces de Las Casas y Taibique, por las calles de esta localidad herreña.

Las festividades cuentan este año con un calendario de eventos que dio comienzo el pasado del 30 de abril, que se extiende hasta mañana 4 de mayo, y que además de las celebraciones tradicionales, ha contado con actividades deportivas y de ocio.

Tras la salida de las cruces en procesión, junto a bailarines y tocadores de la Virgen desde los barrios de Las Casas y Taibique, estas se han encontrado en el Pino Granadillo, a las 12:00 horas, y de allí han continuado juntas hasta la Iglesia de San Antonio Abad, en el barrio de Taibique, donde se ha celebrado una misa, a la que han asistido autoridades locales y público general, para continuar posteriormente con la procesión de las dos cruces, acompañadas por la imagen de la patrona de El Pinar, Nuestra Señora de La Paz, por los lugares de costumbre.

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La fiesta mantiene la rivalidad entre los barrios de Taibique y Las Casas, en El Pinar, donde las mujeres de cada barrio, son las encargadas de confeccionar o vestir las cruces, para procesionar con ellas y recitar loas a la Virgen durante el recorrido. Normalmente, las estructuras en forma de cruz, se forran de tela que se decora con diferentes materiales y elementos como flores, frutas, joyas, bisutería, etc. La Cruz central se engalana, con entre otros elementos, con joyas prestadas por los vecinos. En la víspera de la Fiesta se exhiben las cruces que se han elaborado con mucha discreción, pues hasta ese momento sus creadoras guardan con celo cualquier dato respecto a su diseño.

Tras el recorrido, la imagen de la imagen de la patrona, es devuelta a la Iglesia de San Antonio Abad, y las cruces son llevadas al polideportivo de la localidad, donde permanecen expuestas, y posteriormente en horario de tarde los vecinos continúan con la fiesta, donde se permite bailar los toque de la Virgen a cualquiera que desee hacerlo, sin ropa de bailarín, solo portando el fajín rojo propio del atuendo habitual de los bailarines de la Virgen. Generalmente, los vecinos vuelven a procesionar las cruces por las calles de la localidad y en ocasiones la festividad se alarga hasta la caída del sol. 

Desde el punto de vista histórico, la fiesta tiene su relevancia por la perdurabilidad a lo largo de más de un siglo de celebración, pues desde las últimas décadas del siglo XIX ya formaba parte de una de las festividades religiosas del municipio.